viernes, 29 de agosto de 2008

LAS MINAS...


La verda de la milanesa, como decimos los porteños de años, sin d final en verdad, jorge luis borges tambien pronunciaba sin la d final, es que nosotros los porteños hemos usado la poesia, la literatura y todas las expresiones para una sola cosa, diria alexis dolina, para levantar minas, si señor, todo lo que el hombre hace es para levantarse una mina, y si son mas mejor.

Un hombre sin mina, es como un rio sin agua, ademas, el porteño se levanta una mina para que? ehh para que se la levanta??? para contarselo a los amigos!!!!! para eso, no por la mina, no por nada, no por la mina, por los amigos, si señorrrrrr, sino no se lo contamos a un amigo como minimo no tiene sentido, no señor, el amigo es lo mas importante, y la mujer del amigo mas todavia, no, perdon, el amigo, gomia, en serio no se lo fallutea, a ese se lo respeta, se lo acompaña a fajar a alguien que le soplo la mina o la novia, aunque haya sido un gil, un chabon, como se va a dejar afanar la nami, pero se lo aguanta, se lo acompaña a pegarle un apaliza al otario que se paso la raya.

Sin minas, no habria tango, a que llorarle, si la mian nos abandono, nos dejo en la ruina, etc etc, y con el paso de los años la vemos, con bronca, con revancha, como se le cayo la estanteria, claro, ella pensara lo mismo, porque los años pasan para los dos, pero el tanguero lloron, enamorado de la viejita, la madre, que lava la ropa doblada en la pileta y le regala para el dia de la madre una tabla de lavar la ropa, cree que no le pasan los años, y le canta a la mina, flaca, fane, descancayada, te vi una madryugada salir del cabaret, claro el venia de misa, y la mina tenia mas batallas que eñ ejercito libertador, que le importaba como la viera el viejo ese que cree que es brad pitt con 75 años y sin un mango, no, los hombres no aprendemos más... mozoooooooooooooo, angelitooooooooooooooooooooooooooo!!!!

domingo, 24 de agosto de 2008

TE ACORDAS?


QUIERO TENER UN MILLÓN DE AMIGOS

¿Te acordas, qué tiempos aquéllos, eran más humanos y humanas los nuestros, no se conocían Bill Gates ni teclados, los muchachos de antes comían asados? ¿Te acordas de cuando los amigos se juntaban en las casas, en un bar, en el cine, en la cancha, en la sesión de terapia, en la esquina, en la unidad básica, donde sea, pero “se juntaban”?

¿Te acordas de cuando los amantes tenían citas clandestinas, apasionadas, en hoteles, bares, cines, plazas, pero se encontraban?

¿Te acordas de cuando uno conocía a sus amigos por el nombre y/o el apellido? ¿Te acordas, o necesita unos gigas más de memoria? Porrrrque todo eso pasó a formar parte del... ¡pasado!

Ahora, ¿sabes qué? ¿Te acordas de cuando Roberto Carlos cantaba “quiero tener un millón de amigos”? Bueno, ¡se metió en feisbuk, y si no tiene un millón, le deben faltar poquitos!

Sí, ahora los amigos no son más unos atorrantes, como decía Serrat, sino unos desconocidos que comparten conmigo la misma marca de celular, y eso los hace entrañables; o vamos juntos de visita a la misma página de Internet, y eso los hace cómplices para toda la vida.

¿Y los vínculos amorosos? ¿Qué mejor que conocer bellas señoritas y apuestos caballeros en la web, cosa de que si se ponen pesados, delete y a otra cosa? ¡El mundo virtual nos permite ser muy sociables sin conocer a nadie, no que nadie nos conozca a nosotros! ¡Podemos ser “ese que usted siempre quiso ser pero la realidad no se lo permitía”, mintiendo a gusto, total nadie nos va a ver nunca, salvo que pongamos una camarita, eso es a nuestra voluntad!

Podemos ser cutipaste (o sea, corte y pegue) o agrandar nuestro pene a una dimensión inconmensurable (5 gigas, por ejemplo), podemos tener hijos a los 98 años, o nietos a los 4, siempre que apretemos la tecla adecuada.

Esos nuevos vínculos, esa nueva forma de estar en vez de ser, donde lo virtual es más que lo virtuoso,

sábado, 23 de agosto de 2008

LOS LIBROS NO MUERDEN...


Décadas atrás, mi tía Evelia insistía en que a mis 5 años dejara los cómics y empezara con los libros. En su afán de hacerme leer me explicaba de mil y una maneras lo provechoso que en mi vida sería el “saber”. Como cualquiera habrá vivido, en mi más que humilde infancia solo había lugar para divertirme y las historietas surtían ese efecto. Luego el fútbol era mi pasión primera... bueno segunda, tercera… Hasta que enferme de hepatitis y no tenia televisión, que al no ser de uso corriente obviamente no extrañaba.
Ahí cayo el primer libro, “Corazón”, en mis manos, lo leí de un tirón, pero repuesto de la hepatitis me olvide de la lectura. Asi que mi tía volvió ala carga, ahora con el sonsonete “los libros no muerden”. No le hacia caso y seguía corriendo detrás de una pelota de cuero. Pero poco a poco en mis pesadillas iban apareciendo libros, libros en diferentes lugares, libros que tenían dientes. Y me acorralaban, pretendiendo que los leyera. Despertaba sudoroso y cada vez más alejado de los mismos. Ahora los libros si podían morder, mi tía mentía por lo tanto.

Ya en mis diez años, pensé en empezar a leer cosas más serias que historietas, sin entender que eran importantes, que luego mi tesis en comunicación le devolvería el favor de haber sido la puerta de entrada a la literatura.

El día que fui a la primera biblioteca publica mire con ojos desconfiado a la bibliotecaria y lo que alli exponían. Mi dilema no era el hamlet, ser o no ser, sino leer o no leer, asi que me guié por la sabiduría de mi dedo, cuando la señorita me pregunto que libro quería, señale uno bien gordo, ya que iba a leer, no andemos con chiquitas. Y Salí con la guerra y la paz de León Tolstoi, libro que era complicado para mi edad, pero ante los ojos de los demás ya me daba patente de intelectual.

Leía impulsado por esta encargada de la biblioteca, estoy seguro que me había deslumbrado, deducción a la que llegue después del cuarto libro, en el que me dije me animo y le pido salir. Bien, en mi caso el libro no mordió, la bibliotecaria menos, pero a la distancia recuerdo unos juveniles ojos verdes que en la casi inocencia de aquella época, quedaron prendados mis recuerdos más hermosos, a los que seguiría una larga noche de sangre en mi país.

Los libros no muerden, pero algunas bibliotecarias si!

miércoles, 6 de agosto de 2008

EL BESO


Mi muy estimada Pilar:

En realidad veo que es usted o vos si me permite, un hallazgo. Introduce temas de manera fundamentada, las remonta a sus orígenes. La leído quejarse por la misoginia, sin ver los resultados altamente favorables para su genero, ahora en la historia del beso como saludo. Es aquí y alli donde despierta mi interés, el odio a la mujer y el beso como saludo.

Sepa en primer lugar, ya vendrá alguno a decirle que ladro pero no muerdo, que yo no odio a las mujeres, es más, estoy dispuesto a ser un conejillo de indias de ustedes para que me releguen, para que me impidan trabajar, o sea un perfecto vago, atorrante, un personaje de Joan Manuel Serrat y de Joaquín Sabina. Pero Conste que lo hago en función de una milenaria, mas que milenaria reivindicación femenina, asi que si en BM pone el dinero yo limpio la sala, lavo las tasas, etc.… y bueh, algo también.

Siguiendo con sus razonamientos y explicaciones, yo al igual que Silvio Rodríguez, vengo a preguntarle por un beso que di y se perdió, no lo deje pastando, no, pero resulta que la dama en cuestión donde lo estacione, la he visto intercambiar fluidos con un señor desagradable, y tengo miedo que aquel beso que diera yo apasionadamente, bueno, tampoco tanto, se haya mezclado con los flujos del señor gordito y pelado con quien vi a mi ex amada. O sea, no se si se perdió, se mezclo o que le sucedió a uno de los pocos besos que he dado, los otros me fueron devueltos con las respectivas rupturas, este no, mire usted. Ja, tamaño desparpajo de la dama, que me espeto, y que queres con ese beso. De alli mi paranoia me hizo pensar y si lo tiro a la basura, o peor en la pileta de su baño?. Asi que como la se investigadora de estas cuestiones, ¿no podría averiguar adonde ha ido a parar tan bello beso? La ultima vez estaba recién nacido y con jopo en la cabecita, humedecido si. Muchas gracias, y disculpe.