sábado, 12 de julio de 2008

LA CIGUENA



Le he contado esta historia a mi hija y no me ha creído, No puede ser papá, me dijo. Pero la conté en un contexto que era para darme algo de fiabilidad, pero los jóvenes no entienden, salvo con el paso del tiempo y su experiencia.

Estaban conversando veinteañeras amigas de mi cría acerca de la sexualidad, la genitalidad, sus anécdotas de adolescentes, los sustos sobre posibles embarazos, y otras delicias que a un padre como yo le llenan la vida. Si me enteraba en aquellos años le llenaba el c… a patadas, pero mi apertura mental, mi equilibrio, lograron que escuchara, con la boca abierta, por la naturalidad de las cosas que decían había sucedido. ( Yo sabia que ese noviecito con cara de yo no fui, estaba abusando de mi hija, ja!)

Hasta que una me dijo, que de pavadas decimos, ¿no? Cuando conseguí salir de mi estupor, dije .. ehhhhhh, nooooo, interesante, muy interesante! Y, dijo otra que no se apiado de mi edad, vos, ahora te tutean sin problemas, ¿te enteraste de chico como se tenían los bebes, no?

Enternecido por la requisitoria de las recién entradas en la juventud, pero con la uñas más afiladas que una gata acorralada, tarde unos minutos y les relate, empezando con una muletilla común en los de más de 40, que rezaba así: “En mi época… (Como si fuera en la época de los dinosaurios)…” vi las miradas anhelantes de las chicas, del genero, que esperaban un relato porno, se relamían, “En mi época éramos muy ingenuos” La platea femenina se desinflo decepcionada. Yo en verdad, dije, no me preguntaba como venían los bebes, los medios de comunicación no eran potentes, ni tocaban temas de reproducción sexual, así que no, no me entere sino hasta mis 17/ 18 años. Las miradas lo decían todo, que viejo pe……, y arremetí con la parte final, con hundió mi imagen para siempre: “es mas a mi me decían que la famosa carta a París, que la cigüeña… y yo me preguntaba por las noches cuando volvía caminando a casa, mirando el cielo, ¿como harán las cigüeñas para que no se les caiga el bebe del pico, y a esa altura?, es más miraba al cielo por si se le caía uno y me pegaba en la cabeza a mi”. Quedaron boquiabiertas, pensando que padre más bol… tenés. Desde ese día noto que me miran con un poquito de lastima y asco, no se porque!!!

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