lunes, 17 de marzo de 2008

EL DIARIO NEGRO…EL DIARIO, NEGROOOO

El Arte de escribir mal
Si por mi hubiese sido no me levantaba hoy, pero hay cosas que no se pueden dejar para mañana, se dijo el negro.

Se encaminó hacia el bar de siempre, ja, el Bar “Tarzán”, justo frente a la estación, sobre la calle más transitada. Calle con una verdulería posta, con galería, parada de taxis, “estos son bien nuestro, blancos y celeste…” le había dicho el sordo Vargas, amigo de la mesa del Bar.

La mesa del bar da justo al ventanal inmenso, la vista panorámica hacia el mundo, hacia la película que diariamente proyectaban para los que “paraban” en ese lugar y tenían ubicación preferencial.

Ya estaba casi lleno, pero la mesa resguardada por Tito, el mozo tucumano, el compinche de los tres chiflados, elenco de horas y horas. Hay viene el negro, cartón completo, bingo, muchachos!!!!!!!!!, grito el flaco Chichón, ya estamos todos: el sordo, el negro y yo, se acabaron con nosotros los porteños piolas, siguió.

De otras mesas le gritaron cosas, pero el flaco se abrazo con su amigo. Negro viejo nomás, para con las sss que me escupís todo flaco, que haces sordo, a vos te digo boludo, sordo de mierda. El sordo giro y se sonrió, a que me estas puteando… no, sordito, si usted es la alegría del vivir de esta ciudad de perros.

Se sentaron los tres, el negro lo llamo a tito, diga maestro, dijo el tucu. El diario me traes por favor! Ahh y un café para empezar. Hoy empezamos de nuevo (gcs María).

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