sábado, 22 de marzo de 2008

VIDA DE PERROS, EL PITI

NUNCA RIN TIN TIN??

“He de ser yo importante, trascender en el tiempo y recogerán mis enseñanzas lo que me lean. Tarde, pero no tanto, seré nombrado, seré citado, no como ahora que solo me cita la policía y la justicia, solo me nombra algún mal nacido, con nombres injuriosos.” Discurría nuestro anti, anti héroe o mejor llamarlo antihéroe al cuadrado, por lo bestia que era, porque lo otro, lo primero ser anti, anti héroe, como traducción de esa formula lo transformaba en un héroe. Nada más lejano de eso el inconciente Negro “Renegrido” Robert.

Pero como todo escrito tiene sus entrelineas, hay que pensar en lo no dicho y en la parte que no habla, ya que el relato en primera o tercera persona no es un coro polifacético de pensares, señalo acertadamente el lingüista Roberto Giordano, devenido en peluquero de minas.

En esos pensares y pesares estaba el Piti, perro compañero, si, perro peronista, master en filosofía canica, cuya tesis lo catapulto alto, “La Razón de Kan” (sin t, porque este otro perro no la quiso). Lo catapulto alto, alto y lejos, al lau del negro.

De tanto en tanto le escribía los guiones televisivos al Dr. Romero, animalologo o veterinario. Seguía escribiendo, en las noches de luna llena, su obra maestra “Vida de Perros”, una autobiografía no autorizada.

“¿Que hago yo, decía en una parte, al lau del piojoso y roñoso del Negro este?, ¿que hago? Tu vi o no lo vi, según el jamlet, que agarro una calavera y le preguntaba, ¡como si el cráneo le jura a responder! Estos cristianos son unas bestias inorantes de total inorancia”. “Yo lo vi al Negro, seguia, monohalagando al cráneo de una vaca, pero no le decía esa pavada del mel guibson, sino escuche algo como “vamos, reencárnate negrita, hace un esfuercito, mira que si lo haces hago unos manguitos y como un asau. Te prometo que a la cantina le pongo “Aurora guelve y es asau”. Y la calavera, menos la osamenta ni bola, no de lomo no, ni bola, ni pelota le dieron. Ahí le vi el lau sensible al negro, que lloraba… de ambicioso y de hambre. Porfiau, el crestiano no se paro ahí, se jue a pedirle peras al olmo…como una semana estuvo esperando inútilmente, inútil él, mente no se sabe.”

“Así es que en esta encrucijada perruna me encuentro, hasta que me desencuentro. Dice mi terapeuta que es esquizofrenia, que tengo una gran esquizofrenia, ja, mira lo que tenía y yo sin saberlo, pensando en mi miseria, jaja o gua gua. Así que en el final de mi obra pondré: “a mis crías, a los perros que me vean y sientan como padre le dono tuita mi grandeza esquizofrenica”. No, si soy generoso, un animal altruista o al turista”. Ahora que se esta desarrollando la ciencia y la neurobiología, y saben que nos falta poco para que querramos empezar a hablar, hay que cuidarse, porque más de un dueño o dueña van a querer sacrificarnos, por lo visto y oído, por lo oído y visto. Como decía mi ídolo Mendieta, Negociemos Crestianos, Negociemos, perro que vive sirve para otra cobardía. Lean bestias y escuchen lo que nos cantaba Alberto Cortez, éramos callejeros por derecho propio… Bárbaros, los ladridos no se matan.

EL PITI (NO EL PITI CAN TROPUS!)

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